viernes, 26 de junio de 2009

Voladores de Tamaletoom, S.L.P.



Centro Cermonial "Bixom Ti'w" o de la Danza del los Hombres-Gavilán.
Danzantes de Tamaletoom, Mpio. de Tancanhuitz, S.L.P. Huasteca Potosina, México.
Foto de Enrique Escalona.

miércoles, 29 de abril de 2009

Fiestas patronales de Tamasopo, S.L.P. Mx.





1.-Comerciante campesina en el Mercado dominical de Cd. Valles, SLP. Huasteca potosina.

2.-Sin Titulo. Micos, S.L.P. Huasteca Potosina.

Fotos de Amanda Lárraga (vallense).
a_larraga600@hotmail.com

Desierto potosino





El desierto del Altiplano potosino visto por el Vallense Andovas Tatemari
infanati-des@hotmail.com

viernes, 6 de febrero de 2009

Cd Valles, un pueblo con nombre de ciudad

Por: Elia Luz Espinosa.
Corresponsal en Cd. Valles de EkovocesNoticias.com

El municipio de Cd. Valles, San Luis Potosi según los libros cuentan, fue fundada el 1533, pero según lo cuentan los ancianos del lugar ya era paso real entre los pueblos Náhuatl y Azteca. Cuenta una leyenda local acerca de estos ires y venires que a los huastecos como pueblo, nunca se les pudo dominar ya que era muy fácil desde un pico de montaña contemplar todo el horizonte y ver en la lejanía aquellas columnas de polvo que indicaban el tamaño del contingente que se acercaba y con un solo sonido de caracol o de una pequeña fogata con el humo, se podía avisar a todos los pequeños poblados la llegada de sus enemigos y en cuestión de horas los pobladores levantaban a sus hijos, mujeres y ancianos con provisiones y animalitos.
Se perdían en lo alto de las montañas y cuando llegaban los aztecas no encontraban nada, solo poblados vacíos y eso era lo que destruían, marchándose sin tributo alguno, sin prisioneros de guerra…sin esclavos.
Al habitante de esta región se le trata de mustio y ladino, porque no es aguerrido o busca pleitos así que también se le ha tildado de cobarde y traicionero sólo porque no le gusta la guerra.
Esta ciudad ubicada en un estratégico valle, entre varios que existen entre las montañas, cuenta con un territorio muy extenso, siendo la segunda ciudad más grande del estado de San Luis Potosí, y es donde se cruza la carretera panamericana que nos lleva de punta a punta por toda América. Por eso, se le ha dado el nombre de “La Puerta Grande de la Huasteca Potosina” pues siendo un punto clave de partida, desde aquí se inicia cualquier recorrido para conocer toda la región.
Lo primero que te cautiva al llegar, es su exuberante y colorida vegetación. La gente es muy abierta y es común ver a los comerciantes indígenas en los mercados vestidos a la usanza de trajes típicos de las dos etnias principales, los Pames y los Tenek, que aun cuando su piel es bronceada, sus rasgos faciales son totalmente diferentes, al igual que su vestimenta.
Aquí se vive en una temperatura ambiente promedio de 40°C durante casi todo el año, pero cuando llega el verano se alcanza hasta los 56°C y cuando llega el invierno, aunque sólo sean escasos 30 días, se llega hasta una temperatura de 0°C. Es por eso que también se dice que para vivir aquí hay que estar bajo tres condiciones: ‘loco, borracho o sin dinero para largarse de aquí’; Cuando se le pregunta a alguien de la región sobre a que categoría pertenecen, la mayoría coincide en contestar: “Pertenecemos a las tres categorías, locos, borrachos y sin dinero, aquí nacimos y amamos nuestro terruño y aquí nos queremos morir aunque nos tachen de todo”.
Vivir en esta ciudad no es difícil tienen comunicaciones y modernidades de ciudad grande, y aunque las estadísticas dicen que son 150 mil habitantes esto es un dato de hace casi 10 años y el crecimiento poblacional ha aumentado más de lo calculado en ese periodo, hablando de una cifra de casi 300 mil habitantes. Grandes firmas comerciales y cadenas hoteleras han instalado sus empresas en esta cuidad. Así mismo, la población flotante agrega 100 mil personas más que vienen atraídos de muchas partes del país por la promesa del progreso.

El edén perdido

Existen entre montaña y montaña, valles y cañadas que se esconden a los ojos del visitante, desde cuevas con ríos subterráneos hasta oquedades tan profundas que sólo son visitadas por expertos espeleólogos que con equipo adecuado pueden descender hacia ellas. Aquí en la zona está la cuarta oquedad más profunda del mundo con una caída libre de más de 370 metros, aun nadie ha llegado hasta su fondo se dice que quizá sólo hasta la mitad y de allí pueden existir otros 300 o 500 metros más hacia abajo. Algunos extranjeros vienen y desde avionetas se dejan caer en parapentes sobre el gran hueco y así es que bajan para luego subir por cuerdas donde tardan casi 3 horas para poder regresar a la superficie.
Es todo un espectáculo. Allí viven miles de aves y murciélagos que cuando salen o entran es una maravilla natural inigualable. Mirar hasta donde te alcanza la mirada todo es montaña y si bajas la vista las cañadas son increíbles, muchas de ellas siguen tan inaccesibles que sólo a pie bien apertrechados luego de 4 y hasta 6 horas de bajar por senderos inexistentes se puede llegar a ellas. Ahí aun hay especies salvajes en libertad, en esos riachuelos invisibles existen también desde lagartos venados y pumas. El ave típica de la región es el loro huasteco y la quila o lorito pero existe una gran variedad para contemplar en completa libertad.

Un sabor de mucha tradición

En está ciudad se pueden degustar platillos muy exóticos y desconocidos, pero la leyenda regional dice que una vez que los pruebas regresas y no es raro que te quedes a vivir allí. El plato más tradicional es el Zacahuil, que es un tamal o envoltorio en hojas de plátano el cual es elaborado con una masa de maíz sin molerse totalmente, o maíz quebrado o martajado como se le dice acá y se va mezclado con chiles de varios tipos, colorado para el color, ancho para el sabor, chino para que tenga un poco de picante y para el aroma, además de ciertas especies y carne sobre todo de cerdo o de pollo según el antojo de quien lo pide.
El clásico es elaborado con carne de cerdo y además se le incorpora manteca de cerdo, se mezclan los ingredientes, se envuelve y se ata o amarra con alambre para evitar que se derrame algo, se mete a un horno de ladrillo pegado con arcilla amarilla en forma de iglú o de barro estando a una temperatura muy alta y se deja desde la tarde hasta el amanecer del día siguiente.
Una vez sacado el tamal, se sirve en casi forma de ritual, invitar a alguien a conocer la Huasteca implica siempre un plato de zacahuil o si no, es como si nunca hubieras estado allí. Además de este platillo típico, existen los llamados bocoles, que son unas gorditas también de harina de maíz, las cuales una vez cocinadas se abren por la mitad y se rellenan de guisos (platillos) variadísimos, también tenemos las enchiladas y la cecina, que es carne de res salada y oreada al sol, de donde más suave se puede lograr: de la pulpa… lo que es todo un acontecimiento!

Sus costumbres

Los manantiales son de aguas calientes y con azufre y otros de aguas tan frías con cascadas, que en temporada de turismo lucen coloridos kayaks que vienen de los rápidos y caen por las cascadas para regocijo de quienes están en la orilla. Quienes hacen deporte extremo van escalando lenta y trabajosamente por la roca para alcanzar la cúspide y colocar pequeñas banderolas de su país.
Los domingos comienzan muy temprano. El mercado indígena se prepara para vender sus productos que aquí son comunes, pero para los ojos del visitante son cosas exóticas que no se ven en ningún otro lugar. Ellas, mujeres jóvenes con sus ropas autóctonas son todo un agasajo a la vista, cabellos largos peinados y entrecruzados por encima de la cabeza con un accesorio llamado petob (un aro gigante de estambres de color naranja, rojo y verde) y el grosor es según su condición: soltera, casada o viuda.
Su vestuario es muy colorido incluye el uso de un refajo o faldón de tela negra que llega abajo de las rodillas lo acompaña una blusa que puede ser roja, amarilla verde, azul, morado en tela muy brillante y con mangas amplias de tres cuartos y con plieguecitos hasta el cuello bien cerrada. Por encima de esa blusa, está su quesquemetl, que es una tela de manta cruda cuadrada con orificio al centro cuadrado también y todo bordado en punto de cruz en colores rojos, verdes y naranjas representando animales de la región.
En su cuello lucen collares de cuentas pequeñitas y brillantes. Sus rostros serenos a veces muestran una risa desdentada que significa distinción y nobleza entre ellos. Y están ahí con su tendido de café en rama y en granos, camotes, corozos, palmitos, tomatillo de monte, capulines, pitayas, granadas, tejocotes, elotes tiernos, achiote, chochas, huevos y pollitas, nopales enteros ,picados, tunas verdes, yucas, tamales de elote… y todos ahí atendidos por la vendedera y comprando cosas que no volverán a probar.

Comienza la parranda

Entrada la tarde, el día baja la temperatura, el viento va moviendo la nube de calor, y la ciudad también parece despertar, las calles de nuevo se llenan de gente en movimiento y los autos comienzan a circular ocasionando embotellamientos en las calles del centro. Sin embargo, Ciudad Valles vive de noche porque la noche es fresca y joven.
Existen 3 lugares de ambiente gay donde se pueden apreciar diversos espectáculos y disfrutar de excelente música que divierte tanto a hombres como a mujeres (Sic). -También hay para todos los gustos- (Nota de la redacción de VH).

Lo que no se sabía de Ciudad Valles

Algo que poco se conoce sobre esta región es que por aquí era el paso de las diligencias que bajaban desde Real de Catorce (un pueblo minero muy famoso), porque de ahí se extraía la plata y ahí mismo había una casa de moneda donde se troquelaban para muchos países como China, España y Filipinas sus monedas y los embarques de aquellos tiempos salían del puerto de Tampico.
El camino más corto para llegar a embarcar era precisamente por esta ciudad, se cuenta que muchas veces esas diligencias eran asaltadas por forajidos y se cuentan en muchas leyendas, que como toda leyenda algo debe de tener de cierto, que escondían el producto de sus fechorías en algunas de las cuevas. Se comenta que algunos aventureros han logrado encontrar parte de esos botines y que de un día a otro ya son ricos, pero a nadie le consta, lo que sí es verdad es que muchos vienen para explorar las montañas y algunos nunca volvieron.